La diplomática cuenta los dramáticos días que se viven desde que tuvo que dejar la sede argentina en Kiev el 24 de febrero debido a los bombardeos. Cómo fue escapar de Ucrania y vivir en un sótano durante varias jornadas
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/SOTD275L5BAOLJV6PZW7XG3SUA.jpg%20420w)
“Estamos trabajando en Rumania, principalmente en la frontera ucraniano-rumana y asistiendo a los argentinos que cruzan por estos puntos de frontera y a todos los que aún permanecen en Ucrania y han decidido desplazarse temporalmente o definitivamente”. Elena Leticia Mikusinski, diplomática de carrera que egresó del Servicio Exterior de la Nación en 1983, fue designada a principios de 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri, como embajadora argentina en Kiev. Nunca imaginó que tres años más tarde la podía sorprender una guerra como la que se libra entre Rusia y Ucrania y que iba a tener que vivir situaciones llenas de dramatismo, caos y desolación.
Hasta el 24 de febrero de este año, la embajadora pudo trabajar con cierta normalidad en el sexto piso de la sede diplomática ubicada en la calle Ivana Fedorova 12 en la capital ucraniana. En ese edificio con amplios ventanales los bombardeos los despertaron a las 4.30 de la mañana. “Ese día se presentaron varios argentinos, tratamos de asistirlos inclusive completando trámites y ofreciendo asesoramiento. Con el impacto de las primeras bombas, sabíamos que era necesario cumplir con nuestras responsabilidades y abrimos la embajada”, detalla Mikusinski. A las pocas horas, el canciller Santiago Cafiero envió la instrucción para que se relocalice la embajada, para preservar la seguridad.
Los empleados locales igual siguieron trabajando de manera remota para ayudar “en la medida que no deban resguardarse en los refugios y exista conectividad”. “Los empleados locales han respondido y ayudado con tareas varias, traducciones oficiales y gestiones varias. El seguimiento a los connacionales los realizamos constantemente los dos diplomáticos el cónsul y yo misma”, cuenta la embajadora.
-¿Cómo fue la evacuación y el viaje hacia otro país?
-Salimos de Kiev habida cuenta de que con antelación se hablaba de posibles acciones que implicaran faltante de energía y de normal aprovisionamiento de combustible, se hicieron reservas de combustible en bidones y fueron cruciales a la hora de emprender la evacuación por la vía terrestre, acompañados de otros ciudadanos argentinos hasta Moldavia para luego ingresar a Rumania. Este itinerario fue elegido ya que es la vía más rápida y también segura, sumado a que la espera en el paso fronterizo es de las menos prolongadas.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/ULCFINN3MNBRFLNR57XSQE4DUI.jpg%20420w)
-¿Qué pudo observar en ese trayecto hasta Polonia?
-El viaje implicó momentos de incertidumbre y tensión propias de un país en guerra. Las aldeas típicas de los agricultores con las casitas tan bien cuidadas, y con sus características pinturas, se podían equiparar a una escenografía sin utilizar; completamente desoladas, vacías y en oscuridad. Hamacas vacías, pueblos fantasmas… Helicópteros en su riguroso control recorriendo la zona sobrevolaron a apenas metros de nosotros. Cruzamos largas filas de convoyes con camiones militares y equipamiento que nos marcaban una realidad. Se cruzaron por mi mente diferentes imágenes de familias desintegradas, donde cada vivienda es una historia desgarradora; tales como abuelitos y nietos que se separan de los hombres que tienen que ir al frente a defender su tierra, dejando sus afectos y terruño por un futuro incierto. Recurrentemente reflexionaba sobre la suerte de esos poblados, de esas tierras tan ricas y productivas, de esos agricultores que logaron ubicar a Ucrania entre los países de mayor producción de cereales y hoy. Vi a niños despidiéndose de sus padres que se quedaban en Kiev a defender su tierra, su patria y sus ideales.
-¿Esta guerra le trae recuerdos familiares? Porque su papá estuvo prisionero de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
-Mi experiencia familiar me ha sensibilizado por los relatos que escuché desde chica, ya que ambas ramas sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial, la materna originaria de cien años de Leopolis/Lviv y la paterna de Cracovia. Mi abuelo materno se salvó de Katyn, era juez militar, estudió leyes en Lviv y luego combatió en la Primera Guerra Mundial. En el 39 se salvó de Katyn pero lo deportaron a un gulag en Komi, en la URSS. Mi abuela, mi mamá y mi tío corrieron la misma suerte al ingresar al entonces NKVD a las 3 de las mañana y deportarlos a Siberia. Mi padre como militar de carrera recién ascendido a capitán, fue prisionero de Colditz (la ffortaleza cerca de Leipzig donde permanecieron prisioneros los oficiales de Francia, Reino Unido, Bélgica y Polonia, famosa prisión por las condiciones extremas y por la valentía de algunos oficiales que lograron escaparse) existe una profusa literatura sobre esa prisión, por el heroísmo de esos prisioneros. En el año 2000 descubrí un libro publicado por la universidad de Cambridge, la tesis de historia del doctorando Henry Chancellor, encontré una foto grupal donde está mi padre, y descripciones de los diversos intentos de fuga. Mi familia materna escapó milagrosamente de Siberia, cruzaron desde Kazajstán, Uzbekistán, Irán, Irak hasta Palestina. Pienso en la gente que debe abandonar sus afectos, su vida y observo que las mascotas ocupan un lugar preponderante, mi madre siempre comentaba el dolor cuando debió separarse de su perrito.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/SFAGDRUAPBGLNJSVV6266TNVRM.jpg%20420w)
–¿Cómo fueron los días previos a dejar la capital de Ucrania?
-Ante los bombardeos y explosiones en Kiev, decidí habilitar el sótano de la Residencia para los argentinos no residentes vulnerables con menores que quedaron varados sin poder regresar debido a las cancelaciones de vuelos. Por suerte logramos aprovisionar víveres, agua y otros elementos esenciales para poder subsistir sin inconvenientes en un espacio resistente y protegido por anchos muros. Permanecimos allí por 7 días. Tenemos que reconocer que desde el 24 de febrero a la madrugada, cuando en el chat de embajadores comenzamos a reportar entre nosotros las violentas explosiones, se puede decir que nuestras vidas cambiaron drásticamente en la histórica ciudad de Kiev (Kyiv), a cuyos festejos organizados por el alcalde Vitali Klitschko asistimos por sus 1539 años que se cumplieron en 2021.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/AKNAAQ5GYRFUPAKDV6W4A2IUKA.jpg%20420w)
-Una vez que se instalaron en la frontera entre Rumania y Ucrania, ¿qué empezaron a hacer?
-Estamos trabajando en Rumania, principalmente en la frontera ucraniano rumana y asistiendo a los argentinos que cruzan por estos puntos de frontera y a todos los que aún permanecen en Ucrania y han decidido desplazarse temporalmente o definitivamente. Nuestro personal local sigue asistiéndonos de manera no presencial, es la modalidad que han adoptado casi la totalidad de las embajadas. En la medida que no deban resguardarse en los refugios y existan conectividad, los empleados locales han respondido y ayudado con tareas varias, traducciones oficiales y gestiones varias. El seguimiento a los connacionales los realizamos constantemente los dos diplomáticos el cónsul y yo misma.
-¿Se trabaja en conjunto con otras embajadas?
-Estoy en contacto permanente con los embajadores acreditados en Ucrania y efectúo gestiones y tareas de coordinación de los canales político-diplomáticos con autoridades ucranianas, con el Ministerio del Interior, los alcaldes de distintas ciudades, entre otros, a fin de optimizar las tareas humanitarias y de asistencia. Por ejemplo, hemos recibido gran apoyo del alcalde de Lviv para poder trasladar a ciudadanos argentinos desde esa ciudad hacia la frontera con Polonia. Actualmente estamos en la frontera rumano-ucraniano recibiendo también apoyo del alcalde de Chernivtsi, ciudad en la que se ha relocalizado la embajada de Turquía en Ucrania. He recibido el apoyo del Canciller Cafiero, de mis colegas embajadores argentinos en Austria, Gustavo Ainchil; Bulgaria, Alfredo Atanasof; Hungría, Hernán Patiño Mayer; Polonia, Ana María Ramírez; República Checa, Roberto Salafia; y del Encargado de Negocios en Rumania, Carlos Vallarino, como así también de la Red de Diplomáticas Argentinas que nuclea a casi 300 colegas diplomáticas que en todo momento manifestaron su preocupación y me acompañaron.
-¿En qué situación se encuentran los argentinos que quedan en la zona?
-En este contexto tan dinámico y de circunstancias trágicas, los requerimientos son constantes y demandan acciones inmediatas para solucionar casos apremiantes. En coordinación con el área consular del Ministerio se están ajustando mecanismos para atender las necesidades y aplicando trámites de excepción a fin de ayudar y asistir a los connacionales y a sus grupos familiares. Me encuentro acompañada por el cónsul, Secretario Yusef Saber, ambos somos originarios de la Provincia de San Luis y egresados de la Universidad Católica de Córdoba. Yo fui la primera puntana que ingresó al Servicio Exterior a través del Instituto del Servicio Exterior de la Nación y estoy muy agradecida de que me acompañe un co-provinciano en estos momentos de características tan particulares y dramáticas.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/OW72UZ6JBJB2DEHX3BBOJITG5Y.jpg%20420w)
-¿Cuándo se dieron cuenta que iba a estallar el conflicto armado y cómo actuaron?
-La escalada siempre fue una posibilidad, se mantuvo informada al área correspondiente del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto mediante informes regulares y propuestas. Previendo la necesidad de asistencia a los connacionales, la medida inicial que se tomó fue, desde fines de enero 2022, hacer un llamado en el sitio web y redes de la Embajada Argentina en Ucrania y en el sitio web de Cancillería, a toda la comunidad argentina residente y no residente en Ucrania a registrase en el consulado, actualizar sus datos, números de contacto y correo electrónico y a regularizar la documentación de viaje. El mismo 24 de febrero enviamos un manual de emergencias con sugerencias útiles y ubicación de refugios provistos por la Alcaldía de Kiev (Kyiv) y otras ciudades que elaboramos preventivamente. Ese mismo día y entre las explosiones nos contactaron varios turistas y familias que antes no se habían comunicado con nosotros. Durante nuestra permanencia en Kiev, priorizamos la asistencia a las familias argentinas no residentes que se encontraban con menores temporalmente y a los connacionales vulnerables. A medida que las líneas aéreas fueron cancelando los vuelos y los bombardeos comenzaron a intensificarse, trabajamos día y noche para asistir a todos quienes se comunicaron. Se hizo un llamado desde el correo electrónico del consulado a los connacionales residentes para trasladarlos con transporte provisto por el Gobierno el 2 de marzo, previamente logramos evacuar varios ciudadanos argentinos y sus familias. Por otra parte, quedaron algunos matrimonios mixtos que no respondieron o declinaron nuestra invitación, no renovaron a tiempo sus pasaportes si bien la Cancillería ha puesto en práctica un pasaporte provisorio digital que se utiliza para asistir a los ciudadanos argentinos en estas difíciles circunstancias.
-¿Qué puede contar de la situación actual en Ucrania?
-Si bien todo el territorio de Ucrania enfrenta ataques y ya no hay áreas exentas de potenciales ataques, la gravedad de la situación se ha agudizado en algunas regiones que han quedado completamente aisladas, que además de perder todo tipo de conexión y medios de transporte, no se respeta ningún corredor seguro ni humanitario para evacuar civiles. Algunos pocos argentinos se encuentran en zonas incomunicadas y de altísimo riesgo.
-¿Qué importancia tuvo la llegada de la misión de Cascos Blancos a la forntera para colaborar con la ayuda humanitaria?
-La misión de Cascos Blancos, dependiente de Cancillería, ya se encontraba trabajando en la frontera con Polonia y desde el sábado 12 de marzo también se encuentran en Rumania, muy preparados para estas tareas humanitarias, es un equipo interdisciplinario que viene de asistir nuestra embajada en Polonia y que ahora nos acompañará en la frontera rumano-ucraniana y estamos en permanente contacto con la Presidente de Cascos Blancos, Sabina Frederic.