Un abuelito de 71 años sale a las calles a compartir una estufa solar y así ahorrar en gas para la preparación de la comida. Él está haciendo lo que puede para apoyar a los que “no tienen muchos recursos”
Está haciendo la diferencia para muchas familias
Don Maximino es muy trabajador, pero también es muy curioso. No le gusta estar quieto en un lugar, por el contrario, es una persona muy activa. Su forma de ser fue lo que lo llevó a inventar una estufa que utiliza la energía del sol para funcionar.
Don Maximino solo las está haciendo porque quiere apoyar a quienes no tienen “muchos recursos” y la única petición que hace es que difundan su trabajo en redes sociales para que más personas puedan conocerlo a él y a sus estufas ecológicas.
¿Cómo se le ocurrió la idea?
Un día, Don Maximiliano vio a un grupo de personas durante una marcha que intentaban hacer un objeto con una rueda y un espejo para calentar comida y fue entonces que se le ocurrió la brillante idea de fabricar una estufa. Los siguientes días el hombre de la tercera edad se dio a la tarea de conseguir materiales reciclados y se puso a trabajar en su invento.
Para crear la estufa solar Don Maximino utilizó una antena de televisión que colocó en la parte inferior a 50 centímetros de la parrilla para reflejar la luz del sol y producir el calor necesario para cocinar y calentar alimentos.
Como todo inventor, Don Maximiliano tiene un secreto, sabe a qué altura colocar la antena para que la estufa funcione mejor.
Una estufa solar de bajo costo
El invento de Don Maximino se vende en 1,200 pesos mexicanos (unos 60 dólares), un precio accesible para familias que no tendrán que invertir en gas para cocinar sus alimentos. Desde que se dio a conocer en diversos noticieros ha recibido pedidos de varios estados de México como Oaxaca, Campeche, Hidalgo, Guerrero y Mérida, pero también de Estados Unidos de destinos como Arizona y California.
Ahora lo único que pide este abuelito inventor es que lo apoyen difundiendo en redes sociales su estufa solar para que más personas puedan gozar de sus beneficios.
La venta de las estufas para ayudar a su familia
Este abuelito no solo es un inventor, también es una persona de buenos sentimientos y un ser humano preocupado por el planeta.
Con la venta de las estufas busca ayudar a su esposa, quien necesita medicamentos para tratar sus enfermedades. Además, con los fondos que se recaudan de su invento, espera ayudar a personas de bajos recursos.
No cabe duda de que quien menos tiene, a veces es quien más ayuda a otras personas, y que no es rico el que tiene más dinero, sino el que comparte lo que tiene con los demás.
Para la creatividad no hay edad
El abuelito de Ecatepec es un ejemplo de que la edad no es un impedimento para ser productivo y que cuando alguien quiere lograr algo, no hay límites. Él no tuvo la oportunidad de ir a la escuela y aprendió a hablar español cuando tenía 20 años, ya que solo hablaba náhuatl cuando llegó al estado de México en busca de trabajo.
Quizá sus circunstancias son las que han hecho de Don Maximino una persona que desea ayudar a quienes, como él, no tienen mucho dinero.
Sin duda la creatividad de Don Maximino nos invita a superar cualquier adversidad y pensar que siempre hay formas de lograr nuestros sueños.
