Son muchas las víctimas de la invasión rusa sobre Ucrania. Hoy las bajas de ambos lados suman varias centenas y las personas heridas superan el millar.
Esta guerra tiene también en jaque a las instituciones que han gobernado el planeta desde 1945, principalmente a la Organización de Naciones Unidas (ONU), la cual corre el riesgo de jugar un rol meramente testimonial en este trágico episodio.
Entre los cálculos de Vladímir Putin habrá estado la consideración de que su país iba a presidir el Consejo de Seguridad de la ONU, al mismo tiempo en que ocurriría el despliegue bélico. Esa circunstancia otorgó a Rusia capacidad para paralizar las acciones a favor de la paz de las Naciones Unidas.
No es la primera vez que este organismo enfrenta una situación similar.
En 1950 la desaparecida URSSS vetó una acción equiparable durante la guerra de Corea. Para anular ese veto entonces se impuso la resolución 377, la cual otorga a la Asamblea General facultades para superar la inmovilidad cuando se trate de garantizar la paz, aun si para ello llegase a requerirse el uso de la fuerza.
El día de ayer una mayoría dentro del Consejo de Seguridad invocó la resolución 377 y llamó a una sesión extraordinaria de la Asamblea con el propósito explícito de condenar la invasión sobre territorio ucraniano. Ahí Juan Ramón de la Fuente, representante mexicano ante el Consejo, jugó un papel principal.
En su discurso precisó que, en contra del planteamiento del Kremlin, México apoyaba sin ambages la convocatoria para un periodo de emergencia de la Asamblea. Esta posición despeja cualquier duda sobre el rol que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha decidido ocupar en este conflicto.
El principio de no intervención implica muchas veces intervenir, sobre todo cuando la paz del globo se encuentra en alto riesgo.
Habiendo una mayoría de naciones dentro de la Asamblea que muy probablemente condenará al gobierno ruso, queda pendiente por descifrar cuál será la posición china cuando se celebre la discusión entre el conjunto de los países.
Zoom: ¿Hasta dónde estará dispuesto a llegar el gobierno de Xi Jinping a la hora de respaldar la aventura rusa? Esta otra incógnita se despejará muy pronto y será fundamental para el desenlace de esta guerra.