Las fuerzas rusas continuan el bombardeo sobre la infraestructura del país pero encuentran dura resistencia en las principales ciudades como Kiev, Járkov y Kharkiv, donde los militares y civiles ucranianos resisten
Después de cuatro días de ataques aéreos y avances de las tropas rusas por el Norte, Oeste y Sur de Ucrania, las fuerzas militares y civiles ucranianas han logrado mantener el control de la capital Kiev y las principales ciudades e incluso retomar el de Kharkiv, la tercera ciudad del país.
En una publicación en Telegram, el gobernador regional Oleh Synyehubov dijo: “¡El control sobre Kharkiv es completamente nuestro!”. “Las fuerzas armadas, la policía y las fuerzas de defensa están trabajando, y la ciudad está barriendo por completo al enemigo”.
También en Járkov, la segunda ciudad del país, las tropas rusas encontraron una férrea resistencia. Al intentar ingresar en la ciudad del norte del país sufrieron duras pérdidas pero este domingo continuaban fuertes combates.
El gobierno nacional y las autoridades regionales ucranianas han distribuido armas entre la población civil para la defensa del país. El ministro del Interior, Denis Monastyrsky, dijo en un mensaje de video que los voluntarios en Kiev recibieron más de 25.000 rifles automáticos, alrededor de 10 millones de balas y granadas y lanzacohetes. La Defensa Territorial de Ucrania, que se cree que tiene más de 130.000 voluntarios, ha estado realizando sesiones de entrenamiento de fin de semana durante meses en preparación para ayudar a defender su territorio de Rusia.
Las tropas del Kremlin bombardearon la ciudad de Vasylkiv, en el sudoeste de Kiev, y provocaron un incendio en una terminal petrolera de la zona, mientras que un gasoducto cerca de Kharkiv también fue alcanzado por un misil.
“La noche pasada fue dura, hubo de nuevo tiros, nuevamente se registraron bombardeos en barrios residenciales “, se lamentó el presidente ucraniano Volodimir Zelensky
En Kiev los civiles pasaron la noche resguardados, en sótanos, estaciones de metro y en antiguos refugios de la época Soviética, pero la mañana parecía más tranquila y hasta el lunes rige un estricto toque de queda.
Este domingo Ucrania anunció que iba a acudir a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, para que el tribunal “ordene a Rusia cesar su actividad militar”.
Desde que comenzó la invasión Ucrania reportó 198 muertes de civiles, incluyendo tres niños. Por su parte el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU informó de 240 civiles heridos y 64 muertos.
La invasión también provocó la salida de más de 400 mil refugiados del país, principalmente con destino a Polonia.
Este domingo, Vladimir Putin pidió alistar el armamento muclear ruso, encendiendo las alarmas del mundo, mientras en paralelo, en Moscú y Kiev ambos gobiernos se mostraron dispuestos a iniciar un diálogo en la fontera de Ucrania con Bielorrusia.
Tras la decisión, a principio de semana, de reconocer a las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, territorios ucranianos que se autoproclamaron independientes hace 8 años, Vladimir Putin lanzó en la madrugada del jueves un ataque a gran escala sobre Ucrania. La excusa proclamada fue defender a Donetsk y Lugansk y acabar con el gobierno de Volodomir Zelensky, al que definió como “una banda de drogadictos y neonazis”, aunque es sabido que lo que altera al dictador ruso hace meses es el acercamiento creciente de Ucrania a occiente y a la OTAN.
Esa primera noche, hubo un ataque misilítico y aéreo ruso sobre instalaciones militares y aeropuertos ucranianos en Kiev, Jarkov, Odessa, Kharkiv, Dnipro, Lutsk y Mariupol.
En simultáneo, las tropas rusas comenzaron su avance por tierra sobre las áreas de Donetsk y Lugansk que aún estaban bajo control ucraniano. Una de las principales batalles que aún se libran es por el control de la ciudad porturaria de Mariupol.
También hubo un desembarco de la armada rusa desde el Sur, por el Mar Negro, en el puerto de Odessa y hasta una cruel batalla por el control del islote de las serpientes, donde 13 soldados ucranianos fueron asesinados tras resistir una última advertencia rusa por radio.
Y el tercer frente avanzó desde el Norte, a través de la frontera con Bielorrusia, un fiel aliado ruso que cedió gustoso su terreno para la invasión rusa de Ucrania.
Desde allí, la capital, donde los rusos ya habían infiltrado comandos secretos hace semanas, está a menos de 100 kilómetros. Las tropas rusas han destruido puentes, bombardeado algunos edificios y hasta se produjeron enfrentamientos en las calles.
Pero los soldados y civiles armados ucranianos resistían todavía este sábado en las calles de Kiev al avance definitivo de las fuerzas rusas
Horas después de haber formulado un dramático llamado a la movilización, Zelenski aseguró que sus “aliados” están enviando armamento para ayudarles a combatir la invasión de Rusia.
Un total de 198 civiles ucranianos murieron y más de mil resultaron heridos desde que Rusia comenzó su ataque a gran escala contra su vecino, indicó este sábado el ministro de Salud de Ucrania, Viktor Liashko, en Facebook.
Decenas de militares ucranianos también perdieron la vida, mientras que del lado ruso no se brindó ninguna información al respecto. Kiev afirma infligir duras bajas al ejército invasor.
Si bien las fuerzas rusas atacan en diferentes partes de Ucrania, su objetivo principal parece ser la capital Kiev, escenario de combates desde el viernes y que este sábado sufrió ataques con misiles.
“Armas y equipamiento”
“No podemos perder la capital”, había dicho el viernes por la noche el presidente Zelenski, al advertir que se avecinaba un duro ataque contra Kiev.
Este sábado, en un video difundido en Facebook, instó a no creer en “mucha información falsa” en internet según la cual había ordenado al ejército ucraniano rendirse.
Con ropa de color verde militar y aspecto cansado pero determinado, Zelenski aseguró: “Nuestra verdad es que ésta es nuestra tierra, nuestro país, nuestros niños y protegeremos todo esto”.
Zelenski aseguró que “armas y equipamiento” de una “coalición antiguerra” están en camino a Ucrania.
El ministerio holandés de Defensa indicó que entregará a Kiev en cuanto pueda 200 miles antiaéreos Stinger y República Checa anunció que donará ametralladoras, fusiles automáticos y de precisión, pistolas y municiones por un valor de 8,6 millones de dólares.
Del lado ruso, el ministerio de Defensa indicó este sábado que el ejército atacó infraestructuras militares de Ucrania con misiles de crucero navales y aéreos.
“Durante la noche, las fuerzas armadas de la Federación Rusa lanzaron un bombardeo con armas de precisión de largo alcance usando misiles de crucero navales y aéreos contra infraestructuras militares de Ucrania”, afirmó el portavoz del ministerio, Igor Konashenkov, en declaraciones televisadas.
El vocero también afirmó que en el este de Ucrania, las fuerzas separatistas de los territorios de Donetsk y Lugansk apoyadas por Rusia ganaron terreno, sin que esta afirmación pueda ser verificada por fuentes independientes.
El ejército ruso tomó además “el control total de la ciudad de Melitopol”, en el sur de Ucrania, cerca de Crimea, la península anexada por Moscú en 2014, agregó.
Según este vocero, desde el inicio de la invasión las fuerzas rusas destruyeron en total 821 infraestructuras militares ucranianas, entre ellas 14 aeródromos.
Milicias y frontera colapsada
La ofensiva rusa provocó la huida de decenas de miles de ucranianos del país, además de los desplazados internos que huyen de los combates.
En Mostyska, cerca de la frontera polaca, miles de ucranianos intentaban dejar el país, formando un colapso en la carretera de hasta 20 kilómetros, constató un periodista de AFP. Ante el embotellamiento, algunos exiliados se dirigían a pie a la frontera, arrastrando sus bolsas y maletas en medio de la fría noche.
“Llevamos aquí mucho tiempo, puede que seis o siete horas ya, es de locos. Es un tráfico de locos, no sé cómo dejar mi país. De hecho, no quiero dejar mi país pero, por los invasores, tengo que huir lo más rápido posible”, decía Tamara Kulman, de 34 años.
Este éxodo se hace patente en las fantasmagóricas calles de la capital, donde destaca la omnipresencia de las brigadas de “defensa territorial”, milicias de civiles alistados para ayudar al ejército que destacan por sus brazaletes amarillos.
“Nunca había tomado un arma en mis manos hasta hoy (…) Intentaremos hacer lo mejor que podamos”, decía Roman Bondertsev en el norte de Kiev.
“Y si me matan, habrá otros dos listos para ocupar mi puesto”, añadió.